reflexiones bíblicas semanales. Enero 2013

enero 9, 2013

Red Ecuménica Bíblica Dominicana (REBIDOM)

C/ 3 No. 9. El Milloncito, Sabana Perdida. Santo Domingo Norte. Rep. Dominicana

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Reflexiones bíblicas semanales. Enero 2013

 

 

   

   LOS PUEBLOS SE DIRIGEN HACIA TU LUZ  (MJ, 7-13/1/13)

 

 

Introducción: En esta semana estamos recordando la manifestación de Jesús ante todos los pueblos. La palabra «epifanía» viene del griego y hacía referencia a la entrada de un rey a una ciudad, en la cual había llegado a ser famoso, por méritos propios. Servía también para indicar la aparición de alguna divinidad o una intervención especial de ésta. Por esto, el término fue aplicado a Jesús, que fue considerado por las primeras comunidades como un enviado divino.

            Esta fiesta nació en las iglesias cristianas de Oriente en la segunda mitad del siglo IV, al mismo tiempo que la Navidad en occidente y tenía como objeto ce­lebrar el nacimiento y el bautismo de Jesús. Posteriormente las dos fiestas se celebraron en todas partes, y la Epifanía quedó en Oriente como memoria del Bautismo mientras que en Occidente se propusieron celebrar sobre todo la veni­da de los Magos, presentados como los primeros gentiles a los que se manifestó Jesús. De esta manera se quiere señalar que Jesús es Salvador para todos los pueblos.

           

Lect. Primer Testamento: Isaías 60,1-6. Los pueblos se dirigen hacia tu luz

 

Introducción L.P.T: El llamado tercer Isaías,  profeta que realizaría su labor profética después que un grupo del pueblo de Israel regresó del exilio de Babilonia (537 a.C.), habla de la importancia y del esplendor futuro que tendrá la ciudad de Jerusalén en un momento en que ésta estaba destruida. La Ciudad más importante para los judíos se convertiría en una luz para todos los pueblos.

 

Texto: Levántate y  brilla, Jerusalén, que ha llegado tu luz y la Gloria de Yahvé amaneció sobre ti. La oscuridad cubre la tierra y los pueblos están en la no­che, pero sobre ti se levanta Yahvé, y sobre ti aparece su Gloria.

            Los pueblos se dirigen hacia tu luz y los reyes, al resplandor de tu aurora. Levanta los ojos a tu alrededor y contempla: Todos se reúnen y vienen hacia ti: Tus hijos llegan de lejos y tus hijas son traídas en brazos.

            Tú entonces, al verlo, te pondrás radiante, palpitará tu corazón muy emocionado;  traerán a ti tesoros del otro lado del mar y llegarán a ti las riquezas de las naciones.

            Te inundará una multitud de camellos: llegarán los de Madián y Efá. Los de Sabá vendrán todos trayendo oro e incienso, y proclamando las alabanzas de Yahvé.

 

Salmo de hoy: Al fin encontré a Jesús, después de tanto buscarlo. Lo he encontrado en los/as hermanos/as, en su gozo y en su cruz.

 

  • Lo encontré en el canillita; en el que limpia zapatos y en aquel que en los semáforos limpia el vidrio de los carros.
  • Lo he visto en toda la gente que tiene ansias de cambio y se entregan a una lucha por un mundo más humano.
  • Lo he visto en el chiripero, que camina por los barrios; tocando de puerta en puerta en busca de un trabajo.

 

 

 

 

Lect. Evangélica: Mateo 2,1-12. De ti Belén saldrá el pastor de mi pueblo

 

 

Introducción L. Ev.: La siguiente lectura nos habla de la visita que hicieron los magos de oriente al recién nacido niño Jesús. Mientras que estas personas vienen desde lejos para visitar al recién nacido, muchas personas que están cerca no se enteran. Y aunque el rey de los judíos quiere matar al niño Jesús, su Dios-Padre protege a su Hijo e im­pide que sea asesinado por el tirano y cruel rey Herodes.

 

Texto: Habiendo nacido Jesús en Belén de Judá, durante el reinado de Herodes, vinieron unos Magos de Oriente a Jerusalén, y preguntaron: «¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido?, porque hemos visto su estrella en Oriente y ve­nimos a adorarlo».

            Herodes y todo Jerusalén quedaron muy intranquilos por la noticia. Re­unió a todos los sacerdotes principales y a los maestros de la Ley para pre­guntarles dónde debía nacer el Cristo. Ellos le contestaron que en Belén de Judá, ya que así lo anunció el profeta que escribió: «Belén, en la tierra de Judá, tú no eres el más pequeño entre los principales pueblos de Judá, porque ti saldrá un jefe, el pastor de mi pueblo,  Israel».

            Herodes, entonces, llamó privadamente a los magos para saber la fecha exacta en que se les había aparecido la estrella. Encaminándolos a Belén les dijo: «Vayan y averigüen bien lo que se refiere a este niño. Cuando lo hayan encontrado avísenme para ir yo también a adorarlo».

            Después de esta entrevista, los magos prosiguieron su camino. La estre­lla que habían visto en Oriente iba delante de ellos, hasta que se paró sobre el lugar en que estaba el niño.

            Al ver la estrella se alegraron mucho, y, habiendo entrado en la casa, hallaron al niño que estaba con María, su madre. Se postraron para adorarlo y, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra.

            Luego regresaron a su país por otro camino, porque se les avisó en sue­ños que no volvieran donde Herodes.

 

      

             DIÁLOGO GRUPAL, COMUNITARIO O FAMILIAR

 

  1. 1.      ¿Qué compromisos debemos asumir para que haya justicia y paz en nuestra sociedad?
    1. 2.      ¿Por qué todos/as estamos llamados/as a compartir la misma herencia en el Proyecto de Dios?

 

 

1. Que reine la justicia y la paz hasta que falte la luna

 

            El salmo 71, nos describe las cuali­dades del Mesías-príncipe que los judíos estaban esperando para defender la causa de las y los empobrecidos y liberarles de la opresión imperial. Entre sus cualida­des estaban: regir al pueblo con justicia y a los humildes con rectitud. El librará al pobre que clama, y al afligido que no tiene quien lo defienda; él se apiadará del pobre y del indigente y salvará la vida de los pobres.

            Naturalmente esta descripción de la misión del Mesías será precisamente la que después realizará Jesucristo, quien define su misión de esta manera: «El Espíritu del Señor está sobre mí. El me ha ungido para traer Buenas nuevas a los pobres, para anunciar a los cautivos su libertad y a los ciegos que pro­nto van a ver. A despedir libres a los oprimidos y a proclamar el año de la gracia del Señor» (Lc 4,18-19).

            Hoy también tenemos el deber y la misión de manifestar a Jesucristo ante el mundo. Pero lo haremos de forma adecuada sólo en la medida que asumamos la misma misión comprometida que él realizó. Si nuestra fe está divorciada de la vida, si no asumi­mos la defensa del humilde, de la persona excluida y del empobrecido/a, no estaremos haciendo el trabajo como nos lo exige Jesús. Y entonces se podrían aplicar a nosotros­ y nosotras las palabras del Dios Yahvé, pronunciadas por medio del profeta Isaías: «Este pueblo se acerca a mí tan sólo con palabras, y me honra sólo con los labios, pero su corazón sigue lejos de mí. Su religión no es más que de costumbres humanas y lección aprendida» (Is 29,13).

 

2. Los gentiles comparten la misma herencia y pertenecen al mismo cuerpo

 

            Los judíos estaban convencidos de que ellos eran el pueblo escogido, heredero de la salvación divina. Esto les llevaba hacia un tipo de orgullo que excluía de la salvación divina a las personas de todas las demás nacio­nes. Pero, sobre todo a partir del exilio de Babilonia, los profetas comienzan a hablar de la universalidad de la salvación de Dios. De hecho todos los pue­blos y todas las personas están llamados a disfrutar de la salvación de Dios.

            En la lectura de la carta a los Efesios (3,2-6), Pablo admite que le fueron concedidos muchos dones para el servicio a los gentiles. Con razón a Pablo se le llama el apóstol de los gentiles. De hecho, el nuevo pue­blo de Dios no está formado exclusivamente por judíos, sino por todos/as a­quellos/as que estén dispuestos/as a aceptar el proyecto salvador de Dios en sus vidas.

            Como comunidad podemos encerrarnos en nosotros/as mismos/as y creernos los/as buenos/as, los/as salvados/as. Incluso hemos oído a algunos grupos religiosos decir que ya se completó el número de los/as salvados/as y que naturalmente, los/as demás quedamos fue­ra, excluidos/as. Por el contrario, debemos hacer lo posible para que todas las personas lleguen a conocer a Dios, viviendo de acuerdo a su Palabra y den testimonio de su amor liberador.

 

 

Para la plegaria de las y los participantes:

 

  1. Por todos/as los/as cristianos/as para que sepamos reconocer a Jesús en los/as hermanos/as que sufren las consecuencias de las enfermedades, del abandono y de la injusticias, roguemos al Señor.
  2. Por los/as gobernantes y funcionarios públicos para que busquen el bienestar de todo el pueblo y no sólo el suyo personal o de los/as miembros/as de su partido, roguemos al Señor.
  3. Por nuestras comunidades cristianas para que podamos manifestar el amor solidario de Jesús para con todas aquellas personas que viven sin esperanza e ilusión, roguemos al Señor.

 

 

Exhortación final: La fiesta que hemos celebrado en esta semana nos habla de la universalidad de la salvación de Dios. El quiere que todas las personas se salven, por eso nos invita a hacer lo posible para que su Palabra pueda llegar hasta los confines del mundo. Esta fiesta nos invita a tener una mente amplia, que descubra la presencia de Dios en cada persona, en cada comunidad que intenta ser fiel al Proyecto de Dios.

JESÚS ASUME SU COMPROMISO EN EL BAUTISMO (14-20/1/13)

 

 

Introducción: Litúrgicamente el tiempo de Navidad termina con la fiesta del bautismo de Jesús que representa el comienzo de su vida pública y da final a la etapa de los cerca de treinta años de existencia sencilla y trabajadora en el humilde pueblo de Nazaret.

            El bautismo de Jesús, realizado por Juan Bautista en el Jordán, fue el punto de partida para la predicación del Proyecto de Vida Digna (Reino de Dios) por parte de Jesús y la realización de milagros, acciones, y hechos en bien de la gente más necesitada.

            Al celebrar el bautismo de Jesús renovemos nuestros propios compromisos bautismales.

 

Lect. Primer Testamento: Isaías. 42,1-4.6-7. He puesto mi Espíritu sobre él

 

Introducción L.P.T: El segundo Isaías, profeta que acompañó al pueblo de Israel en el exilio de Babilonia, escribió cuatro poemas llamados por las y los biblistas los «cánticos del Servidor de Yahvé». El que leemos hoy es el primero de dichos cánticos y descri­be las cualidades que tendrá el verdadero servidor del Proyecto de Vida Digna. La tradición cris­tiana ha aplicado estos cánticos a Jesús.

 

Texto: He aquí a mi servidor a quien yo sostengo, mi elegido, el preferido de mi corazón. He puesto mi Espíritu sobre él, y por él las naciones conocerán mis juicios.

      No clamará, no gritará, ni alzará en las calles su voz. No romperá la caña quebrada ni aplastará la mecha que está por apagarse.

      Con toda seguridad llevará a cabo mis juicios. No se dejará quebrar ni aplastar, hasta que reine el derecho en la tierra. Los países lejanos esperan sus ordenanzas.

      Yo, Yahvé, te he llamado para cumplir mi justicia, te he formado y tomado de la mano, te he destinado para que unas a mi pueblo y seas luz para todas las naciones. Para abrir los ojos a los ciegos, para sacar a los presos de la cár­cel, y del calabazo a los que estaban en la oscuridad.

 

Salmo de hoy: Caminante, ya hay camino, para juntos/as avanzar; vámonos con nuestro amigo, vámonos a caminar.

 

  • Hay que caminar unidos/as, marchando de dos en dos; porque cuando vamos juntos se avanza mucho mejor.
  • Tenemos que desatarnos si queremos caminar; armarnos de la esperanza, decidirnos a luchar.
  • Sólo ha encontrado el camino, el que lucha por ser más; quien vive por la justicia, por la paz, por la verdad.

 

Lect. Evangélica: Lucas 3,15-16.21-22. Tú eres mi Hijo predilecto

 

Introducción L. Ev.: El bautismo representó para Jesús la consagración para la misión encomendada por el Padre. El Padre declara que Jesús es realmente su Hijo Amado, y de esta manera da validez a la misión y a las obras de Jesús.

            Hoy tenemos una buena ocasión para examinarnos, preguntándonos si realmente vivimos nuestros compromisos bautismales, tal como lo hizo nuestro Maestro y Salvador.

 

 

Texto: En aquel tiempo el pueblo estaba en la duda y todos se preguntaban interiormente si Juan no sería el Cristo. Por lo que Juan hizo a todos esta declaración: “Yo los bautizo con agua, pero ya viene el que es más poderoso que yo, al que no soy digno de soltarle los cordones de su zapato; el los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego.

            Un día, con el pueblo que venía a bautizarse, se bautizó también Jesús. Y, mientras estaba orando, se abrieron los cielos; el Espíritu Santo bajó sobre él y se manifestó exteriormente con una aparición como de paloma. Y del cielo llegó una voz: “Tú eres mi Hijo, el Amado; Tú eres mi Elegido.”

           

PARA EL DIALOGO COMUNITARIO

 

1. ¿Qué hacer para unir al pueblo y ser luz en medio de éste?

2. ¿Cuáles son las principales dificultades que encontramos para hacer el bien en nuestras comunidades?

 

1. Consagrado por el Espíritu para unir al pueblo y ser luz

            La primera lectura del libro de Isaías nos muestra al servidor del Proyecto de Vida Digna; lo presenta como un consagrado por el Espíritu de Dios para realizar su misión. Pero, podríamos preguntarnos, ¿quién es este siervo de Dios? Unos dicen que es el mismo pueblo de Israel que vivía en el exilio de Babilonia, otros lo identifican con el Segundo Isaías, profeta que escribió los capítulos 40-55 del actual libro de Isaías y que acompañó al pueblo de Israel en el exilio. Finalmente, otros/as estudiosos/as de la Biblia lo identifican con el profeta Jeremías. Lo importante para nosotros(as) es que los cuatro poemas o cánticos del siervo de Yahveh han sido aplicados a Jesús, el verdadero servidor de Dios y de su pueblo.

                Jesús, como verdadero enviado de Dios tiene sobre sí el Espíritu de Dios. Tiene como misión no descansar hasta que se implante el derecho y la justicia en la tierra. Tiene el compromiso de unir al pueblo de Dios disperso y ser luz para las naciones, realizando acciones en favor de la gente necesitada: abre los ojos a los ciegos, saca a los presos de la cárcel y del calabozo a los que están en la oscuridad.

                Nuestras comunidades tienen también que asumir la misma misión de Jesu­cristo, siervo de Dios. A nosotros/as nos toca también la tarea de unir a nuestro pueblo en comunidades cristianas en donde se realice un trabajo en favor de -y con- la gente más necesitada. Además, debemos impulsar y estimular la creación de organizaciones comunitarias que luchen por el bien común de todos­/as.

 

2. Pasó haciendo el bien y sanando a los dominados por el diablo.

            El bautismo de Jesús supuso el inicio de su actividad pública y el co­mienzo de su misión comprometida con la construcción del Reino de Dios. Por esto, Pedro, en la segunda lectura de hoy,  resume en pocas palabras la vida y la misión de Jesús: «Pasó haciendo el bien y sanando a los dominados por el dia­blo». Toda su existencia fue un proyecto de bien, de vida y de salvación para el pueblo de Dios.

                Una tarea fundamental de la misión de Jesús es liberar a los/as dominados/as y tiranizados/as por el diablo. Jesús sabía que quienes se oponían al proyecto del bien, eran precisamente el diablo y sus seguidores. Por eso, su misión consis­te en liberar a esos/as hermanos/as de las garras del príncipe del mal y de sus discípulos/as.

                Como bautizados/as tenemos que tomar conciencia de que tenemos la misma misión de Jesús: hacer el bien e ir ayudando a liberar a los/as que se encuentran prisioneros/as de sus vicios y esclavitudes personales o esclavizados/as por aquellos/as que son seguidores del demonio: los/as que oprimen y pisotean a los/as débiles y a los/as empobrecidos/as.

 

Para la plegaria de las y los participantes:

 

  1. Para que cada vez más mujeres y hombres acepten en sus vidas al Hijo enviado del Padre, roguemos al Señor.
  2. Por todos/as los/as seguidores/as de Jesús, para que se distingan siempre por su amor a la paz,  la concordia, la justicia y el derecho, roguemos al Señor.
  3. Para que aprendamos de aquellas personas que aun sin la luz del Evangelio han descubierto la necesidad de luchar por los derechos humanos.
  4. Para que todos/as renovemos nuestro bautismo: nuestra decisión de seguir a Jesús y comprometernos con su proyecto mesiánico de “implantar el Derecho en el mundo”, roguemos al Señor.

 

Exhortación final: Hemos celebrado hoy la fiesta del bautismo de Jesús. Para nuestro Salvador, el bautismo significó el comienzo de su vida pública, de su misión comprometida por la causa del Reino. El es el verdadero servidor de Dios que pasó su vida haciendo el bien y rescatando a los/as oprimidos/as por el dia­blo y sus seguidores. Como comunidad debemos dedicarnos a cumplir la voluntad de Dios realizan­do la misma misión que fue encomendada a Jesús.

VIDAS FUNDAMENTADAS EN LOS VALORES DEL AMOR, DE LA ESPERANZA,  LA ALEGRIA Y LA FIESTA  C2°O (21-27/1/13)

 

 

Introducción: Nos reunimos como comunidad que fundamenta su vida y su práctica en los valores del amor, de la esperanza, de la alegría y de la fiesta. El quiere que celebremos la fe que da sentido a nuestra vida y que nos impulsa a ser testigos/as de su amor liberador en medio de nuestras familias y nuestras comunidades.

            Al reunirnos le damos gracias por los dones que nos ha dado para ponerlos al servicio de los hermanos y hermanas, sobre todo de los/as más necesitados/as y oprimidos/as y excluidos/as.

            Celebremos, con alegría, la presencia de Jesús, hermano y compañero de nuestro camino.

 

Lect. Primer Testamento: Isaías  62,1-5: Por amor de Jerusalén no descansaré

 

Introducción L.P.T: Un buen grupo de los judíos exiliados en Babilonia regresa a su tierra hacia el 537 a.C. Ellos/as encontraron la ciudad de Jerusalén  destruida, el templo estaba en ruinas; los/as que vuelven del exilio se encontraban desanimados/as. En medio de esa realidad desoladora el profeta Isaías tiene una palabra de esperanza, anunciando que Dios sigue amando a su pueblo como un buen esposo lo hace con su amada. Por eso romperá la aurora d la justicia y vendrá la salvación.

 

Texto: Por amor a Sión no me callaré; por Jerusalén no quedaré tranquilo hasta que su justicia se haga claridad y su salvación brille como antorcha. Verán tu justicia las naciones, y los reyes contemplarán tu gloria y te llamarán con tu nombre nuevo, el que Yahvé te habrá dado. Y serás una corona preciosa en manos de Yahvé, un anillo real en el dedo de tu Dios.       

            No te llamarán más «Abandonada», ni a tu tierra «Desolada», sino que te llamarán «Mi preferida» y a tu tierra «Desposada». Porque Yahvé se complacerá en ti y tu tierra tendrá un esposo. Como un joven se casa con una muchacha virgen, así el que te reconstruyó se casará contigo, y como el esposo goza con su esposa, así harás las delicias de tu Dios.

 

Salmo de hoy: Practiquemos la solidaridad, para vivir con libertad, para ser felices.

 

  • Mantener siempre atentos los oídos, al grito de los/as demás; y escuchar el pedido de socorro, es solidaridad, solidaridad, solidaridad.
  • Llegar a ser portavoz de los/as humildes; descubrir la injusticia y la maldad; denunciar al injusto y al malvado; es solidaridad, solidaridad.
  • Dejarse transportar por un mensaje cargado de esperanza, amor y paz; hasta aceptar la mano del hermano, de la hermana, es solidaridad, solidaridad, solidaridad.

 

 

Lect. Evangélica: Jn 2,1-11. Has dejado el mejor vino para el final

 

Introducción L. Ev.: Jesús fue invitado, junto con su madre y sus discípulos, a la celebración de unas bodas en un pueblecito cercano de Nazaret llamado Caná de Galilea. Por la intervención de su madre convierte el agua en vino y así realiza su primer milagro público. Este signo milagroso sirvió para que el pueblo y sus discípulos/as más cercanos/as fortalecieran su fe en él.

 

 

 

Texto: En aquel tiempo se celebraba una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. También fue invitado Jesús a la boda con sus discípulos. Sucedió que se terminó el vino preparado para la boda, y se quedaron sin vino. Entonces la madre de Jesús le dijo: «No tienen vino.» Jesús le respondió: «Mujer, ¿por qué te metes en mis asuntos? Aún no ha llegado mi hora.»

 Pero su madre dijo a los sirvientes: «Hagan lo que él les diga.»

 Había allí seis recipientes de piedra, de los que usan los judíos para sus purificaciones, de unos cien litros de capacidad cada uno. Jesús dijo: «Llenen de agua esos recipientes.» Y los llenaron hasta el borde. «Saquen ahora, les dijo, y llévenle al mayordomo.» Y ellos se lo llevaron. Después de probar el agua convertida en vino, el mayordomo llamó al novio, pues no sabía de dónde provenía, a pesar de que lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua. Y le dijo: «Todo el mundo sirve al principio el vino mejor, y cuando ya todos han bebido bastante, les dan el de menos calidad; pero tú has dejado el mejor vino para el final.»

Esta señal milagrosa fue la primera, y Jesús la hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él. Jesús bajó después a Cafarnaúm con su madre, sus hermanos y sus discípulos, y permanecieron allí solamente algunos días.

 

 

            PARA EL DIALOGO COMUNITARIO

 

1. ¿Por qué podemos decir que el Padre de Jesús es el Dios de la alegría y de la fiesta?

2. ¿Cuáles son los dones que hemos recibido y que debemos poner al servicio de la comunidad?

 

 

1. Una divinidad  de la alegría y  la fiesta

 

En el evangelio que hemos leído hoy, el Dios de Jesús no se nos muestra en medio de un templo, o en lo alto de un monte, rodeado de imponente majestad, sino en una boda donde se comparte la alegría porque dos personas confirman y celebran en  comunidad el amor mutuo que se profesan.

La persona de Jesús nos revela la cercanía de un Dios que comparte la vida cotidiana y los momentos de alegría y de dolor de su pueblo. Es, por lo tanto, un Dios cercano y presente en medio de su pueblo. De esta manera se establecen nuevas relaciones de Dios con su pueblo.

El evangelista Juan dice que Jesús mandó a llenar de agua seis tinajas de piedra que eran usadas para las “purificaciones de los judíos”. Los judíos tenían la costumbre de lavarse los pies y las manos cuando entraban en una casa. Las purificaciones hacen referencia a ciertas costumbres religiosas del tiempo de Jesús. En adelante, Jesús propone una nueva forma de relacionarse con Dios. No se tratará ya de una religión basada en la ley y en la observancia de costumbres inútiles ni en la observancia de preceptos guardados bajo el temor del castigo y la culpa. La presencia de Dios en la persona de Jesucristo representa algo nuevo y diferente. No del miedo y del castigo, sino el Dios cercano, en medio de la fiesta, compartiendo sus alegrías y sus preocupaciones.

 En la boda en la que faltó el vino corriente se ofrece el vino bueno, el mejor, el que permite que la fiesta continúe. Así Dios se revela; su religión será la de la alegría y la fiesta compartida porque se participa del gozo de Dios: “La alegría que encuentra el marido con su esposa, la encontrará tu Dios contigo” (Is 62,5).

   Como comunidad de fe estamos llamados/as a imitar a este Dios de la alegría, de la fiesta. Tenemos que mostrar ese rostro del Dios cercano que comparte nuestra cotidianidad, pero que también comparte nuestras alegrías, nuestra fiesta. Por eso celebramos en su nombre. Y esa celebración nos da fuerzas para seguir siendo testigos/as de su amor solidario y liberador.

 

 

 

 

2. Dones del Espíritu, ministerios y servicios en la comunidad

 

            El Espíritu de Dios nos ha dado a cada uno/a unos dones. Los hemos recibido gratis, sin que nos haya costado nada. Por eso mismo debemos saber agradecer a nuestro Dios el que haya querido adornar a nuestras personas con esas cualidades y posibilidades. Por eso mismo, no hay motivos para estar orgullosos/as, puesto que no ha sido por nuestros méritos que hemos llegado a merece estos dones, sino por pura voluntad de nuestro Dios. Por eso nuestra primera actitud debe ser la de acción de gracias al Dios solidario y liberador.

            El don recibido, sin embargo, tiene que dar su fruto. Así el don se convierte en posibilidad y en necesidad de servicio desinteresado a los/as hermanos/as, sobre todo a los/as más oprimidos, marginados/as y excluidos/as. Por eso dice Pablo: “En cada uno el Espíritu revela su presencia como un don, que es también un servicio”(1 Cor 12,7). Quien no se dedica al servicio está simplemente desperdiciando el don que Dios le ha dado. Quien sirve a los/as hermanos/as encuentra en el servicio mismo la alegría y el sentido para su vida.

            En muchas de nuestras comunidades se da el caso de que pocos/as ponen al servicio de los demás sus dones y sus cualidades. ¿Por qué? Puede darse el caso de que algunas personas crean que sólo ellos/as han recibido los dones de Dios o que los/as demás no son capaces de hacer las cosas como ellos/as las hacen. En otra ocasión, hay personas que no ponen al servicio de los/as demás sus dones, porque nadie les ha estimulado ni motivado para hacerlo.

            Como comunidad de fe y de servicio estamos llamados/as a descubrir los diferentes dones que tienen las personas de nuestras comunidades y al mismo tiempo estimularles para que pongan dichos dones al servicio de los hermanos y hermanas. Sólo cuando damos testimonio de comunión y de servicio estaremos realizando las acciones que Dios nos pide en medio de la realidad que nos toca vivir.

 

Para la plegaria de las y los participantes:

 

  • Para que nuestras comunidades cristianas sean un signo de amor solidario y liberador en medio de esta sociedad neoliberal excluyente. Roguemos…
  • Por los/as jóvenes, para que descubran el llamado de Dios a hacer de su vida una aventura personal de amor y de entrega al Proyecto de Dios. Roguemos…
  • Por todos los matrimonios, para que vivan con alegría la donación generosa en el amor, que cada día hace inventar formas nuevas de expresar ese amor. Roguemos…

 

 

Exhortación final: Nos hemos reunido en el nombre del Dios del amor, de la alegría y de la esperanza. Su Palabra nos ha fortalecido; su cuerpo nos ha alimentado. Ahora nos toca seguir poniendo al servicio de los/as hermanos y hermanas los dones que él nos ha dado de una forma gratuita hasta que rompa la aurora de la justicia. De esa manera nos convertiremos en testigos/as creíbles de su amor nuevo, de su amor liberador.

 

 

EL ESPIRITU ME HA CONSAGRADO PARA EVANGELIZAR A LOS POBRES C3°O (28-3/2/13)

 

Introducción: Nos reunimos en el nombre del Dios de Jesús que nos ha llamado para formar una comunidad unida en el amor, que forma parte de Iglesia de Jesucristo,  en la que cada integrante colabore con responsabilidad en la misión común de anunciar el evangelio a los/as pobres y de liberación de  los/as oprimidos/as.

            Celebremos con alegría la presencia de Jesús que sigue siendo buena noticia para los/as débiles y excluidos/as de nuestras comunidades.

           

Lect. Primer Testamento: Nehemías 8,2-4.5-6.8-10. El gozo en el Señor es fuerza para el pueblo

 

Introducción L.P.T: En el tiempo del post-exilio (s.V. a.C.) Esdras y Nehemías tienen la misión de ayudar a reorganizar la vida del pueblo de Israel. Nehemías, como gobernador,  en la parte política y Esdras, el sacerdote,  en la parte religiosa. En la siguiente lectura Esdras invita al pueblo a renovar la alianza con el Dios liberador contenida en el libro de la Ley que es leído ante todo el pueblo, que lo acepta como norma de vida. Al final de la lectura se habla de una gran fiesta, pues el gozo en el Señor es fuerza para el pueblo.

 

Texto: En el séptimo mes todo el pueblo se reunió como una sola persona en la plaza que se encuentra frente a la Puerta del Agua, y pidieron a Esdras que trajera el libro de la Ley de Moisés, que Yahvé había dado a Israel. Esdras trajo la Ley ante la asamblea, en que se mezclaban hombres y mujeres, y todos los niños que podían entender lo que se iba a leer. Era el primer día del séptimo mes. Esdras leyó en el libro, ante todos/as ellos/as, desde la mañana hasta el mediodía, en la plaza que está enfrente de la Puerta del Agua; y todos los oídos estaban pendientes del libro de la Ley.

El maestro de la Ley, Esdras, estaba de pie sobre una tarima de madera levantada para esta ocasión. Esdras abrió el libro a la vista de todo el pueblo, pues estaba en un lugar más alto que ellos/as, y, cuando lo abrió, el pueblo entero se puso de pie. Esdras bendijo a Yahvé, el Dios grande; y todo el pueblo, alzando las manos, respondió: «¡Amén! ¡Amén!» Y se postraron rostro en tierra.

            Leyeron en el libro de la Ley de Dios, aclarando e interpretando el sentido, para que todos/as comprendieran lo que les estaban leyendo.

 Entonces Esdras, maestro de la Ley, dijo al pueblo: «Este día está dedicado a Yahvé, el Dios de ustedes, no estén tristes ni lloren.» Porque todos/as lloraban al oír la lectura de la Ley. Les dijo entonces: «Vayan a comer comidas grasosas, tomen bebidas dulces y denle una ración al que no la tiene preparada. Porque este día está dedicado al Señor. No estén tristes. La alegría de Yahvé es nuestro amparo.»

 

Salmo de hoy: ¿Dónde vives Jesús? Quiero encontrarte y saber dónde vives.

 

  • Voy preguntando donde encontrar a Jesús; quisiera hallarlo pues necesito estar con él; y muy inquieto siento que mi corazón, está deseando saber donde vive él.
  • Jesús tú vives en la gente en cuanto más, tenga cadenas que habrá de desatar; salvación hoy es liberación; es el misterio de la encarnación.
  • Y me doy cuenta de que Jesús nunca está solo; que puedo hallarlo en toda comunidad; en la alegría de las y los que trabajan juntas/os; comprometiéndose a luchar por las y los demás.

 

 

 

 

 

 

 

Lect. Evangélica: Lucas 1,1-4; 4,14-21. Hoy se cumple esta Escritura que acaban de oír

 

Introducción L. Ev.: En la lectura evangélica que hacemos hoy Lucas se nos presenta como un buen historiador preocupado por narrarnos con exactitud todo lo referente a la vida de Jesús. Y nos habla del programa de su misión presentado en la sinagoga de Nazaret, su pueblo. Consagrado por el Espíritu, su misión liberadora tiene como destinatarios/as a los/as pobres, oprimidos/as y cautivos/as.

 

Texto: Ilustre Teófilo: Algunas personas han hecho empeño por ordenar una narración de los acontecimientos que han ocurrido entre nosotros/as,  tal como nos han sido transmitidos por aquellos/as que fueron los primeros testigos y que después se hicieron servidores de la Palabra. Después de haber investigado cuidadosamente todo desde el principio, también a mí me ha parecido bueno escribir un relato ordenado para ti, ilustre Teófilo. De este modo podrás verificar la solidez de las enseñanzas que has recibido.

            Jesús volvió a Galilea con el poder del Espíritu, y su fama corrió por toda aquella región. Enseñaba en las sinagogas de los judíos y todos lo alababan.

            Llegó a Nazaret, donde se había criado, y el sábado fue a la sinagoga, como era su costumbre. Se puso de pie para hacer la lectura,  y le pasaron el libro del profeta Isaías. Jesús desenrolló el libro y encontró el pasaje donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí. El me ha ungido para llevar buenas nuevas a los pobres, para anunciar la libertad a los cautivos, y a los ciegos que pronto van a ver, para despedir libres a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor.

            Jesús entonces enrolló el libro, lo devolvió al ayudante y se sentó, mientras todos los presentes tenían los ojos fijos en él. Y empezó a decirles: «Hoy se cumplen estas profecías que acaban de escuchar.»

 

 

            PARA EL DIALOGO COMUNITARIO

 

1. ¿Por qué Jesús se considera consagrado para evangelizar a los pobres?

2. ¿Qué podemos hacer para fortalecer la unidad de nuestra comunidad?

 

  1. 1.      Consagrado por el Espíritu para evangelizar a los/as empobrecidos

 

Lucas nos dice hacia dónde está orientado el ministerio de Jesús que comienza en Galilea. Jesús lee la Escritura y toma un texto de Isaías al que le hace también algunos cambios (Is 61,1-2). El texto presenta el contenido del Proyecto que ha venido a proclamar y a realizar. Las diferentes situaciones humanas dolorosas (pobreza, cautividad, ceguera, opresión) (Lc 4,18), son expresiones de injusticias y de muerte. El anuncio de Jesús, como el Mesías  por la fuerza del Espíritu, será una Palabra liberadora que metida en nuestra historia nos impulsa a ser defensores/as de la vida amenazada de los/as más empobrecidos/as y oprimidos/as.

Es importante tener en cuenta que el texto habla de situaciones que no están en el mismo nivel. La afirmación básica del texto es: “El me ha ungido para traer la buena nueva a los pobres…” (Lc 4,18). Ellos/as, los/as empobrecidos/as, abiertos al Proyecto de Dios,  que  a pesar de que trabajan sin descanso no tienen cubiertas sus necesidades básicas ni tienen lo necesario para vivir como seres humanos. A los/as  pobres se les comunica la liberación. Cautivos/as, ciegos/as, y oprimidos/as son profundizaciones de la condición de pobreza. En todos estos casos estamos ante una proclamación de la libertad. Ese es también el sentido de la expresión:  “… Y a los presos su vuelta a la luz” (4,18). Si nos referimos al texto original (en hebreo) de Isaías encontramos que allí se habla de los prisioneros a quienes al sacarlos de las oscuras cárceles se les “abren los ojos”. Por otro lado, cuando el texto de Isaías dice “para sanar los corazones heridos” (Is 61,2 ), Lucas lo cambia, siguiendo otro texto de Isaías (Is 58,8) por “despedir libres a los oprimidos.”  El Evangelio que Jesús anuncia a los/as pobres les lleva necesariamente a la liberación de todas las opresiones.

            Hacemos vida dentro de unas comunidades de fe, que, como Jesús, tienen la misión de anunciar el Evangelio a los/as pobres. Desde esa opción por los/as pobres podemos anunciar el evangelio a todas las personas y llamarlos/as a comprometerse  con la creación de mejores condiciones de vida para todos/as los/as empobrecidos/as del país y del continente.

 

           

2.- Bautizados/as en un mismo Espíritu para formar un solo cuerpo

 

            En su carta a los/as cristianos/as de Corinto, después de hablarles sobre los dones que da al Espíritu, sobre los ministerios y los servicios comunitarios Pablo les habla de la unidad de la comunidad. Y es que Pablo estaba convencido de que si no hay unidad en una comunidad de nada sirve el que haya personas con muchos dones y cualidades. Si no existe el espíritu de comunión no se pondrán al servicio de los/as hermanos/as los dones y cualidades que el Espíritu ha dado a cada uno/a.

            Para hablar de la necesidad de la unidad en la comunidad Pablo utiliza la imagen del cuerpo que, aunque tenga diferentes miembros, todos están comunicados y se necesitan el uno al otro. Así, nosotros/as formamos el cuerpo de Cristo, que es su Iglesia. Todos/as hemos sido consagrados/as por el mismo Espíritu para formar un solo cuerpo.

            Cada miembro del cuerpo tiene una función específica. Así el ojo no puede encomendar al pie el trabajo de ver, ni el pie al ojo la función de caminar. Cada miembro es necesario y conviene que realice la función que se le ha asignado.

            Es importante que en el cuerpo de Cristo, en su comunidad, no haya divisiones. Sino que las relaciones entre los miembros estén guiadas por la preocupación de unos/as por los/as otros/as, sabiendo compartir los sufrimientos y las alegrías. Unas relaciones orientadas por el amor fortalecen el cuerpo de Cristo; y esto es así porque “el amor nunca pasará… Ahora tenemos la fe, la esperanza y el amor, las tres. Pero la mayor de las tres es el amor” (1 Cor 13,8.13).

            Como comunidad estamos llamados/as a fortalecer los lazos de unidad, de amor y de solidaridad. Sólo así podremos al servicio de los/as hermanos/as, de una forma adecuada,  los dones que Dios nos ha dado. Y nos convertiremos en testigos del Dios que nos ha llamado a formar parte del cuerpo de Cristo, que es su Iglesia y desde ahí colaborar con su Proyecto de vida y de justicia.

 

Para la plegaria de las y los participantes:

 

  • Por todas las personas del mundo que esperan hoy, en el tercer milenio todavía, la buena noticia de su liberación, para que haya también hoy profetas que se la anuncien y que la vivan, roguemos al Señor.
  • Por todos las personas que optan por los pobres-objetos, para que cambien de mentalidad y trabajen por los pobres-sujetos, con fuerza y decisión propia, que van a transformar el mundo y a hacer valer socialmente el Evangelio de la Buena Noticia, roguemos al Señor.
  • Por todas las comunidades que viven desentendidas de la realidad y sin conflictos en este mundo se pregunten si ello puede obedecer a un incumplimiento de la misión de dar la Buena Noticia a los pobres, roguemos al Señor.

 

Exhortación final: Hemos celebrado, como comunidad, la fe que nos impulsa a la misión de anunciar el evangelio a los/as pobres. Como Jesús hemos sido consagrados/as por el Espíritu para realizar una misión liberadora en medio de nuestro pueblo. Que la luz del Espíritu de Dios nos siga guiando para ser, como comunidad de fe,  testigos/as de su amor salvador y liberador en medio de una sociedad en que cada día se aumenta la brecha y la distancia entre pobres y ricos en esta sociedad neoliberal excluyente.