El fundamentalismo religioso es antidemocrático

junio 18, 2020

Por ROSARIO ESPINAL 17-06-2020[1]

En esta campaña electoral, una vez más, las iglesias despliegan una ofensiva para exigir a candidatos y candidatas al Congreso que firmen la plataforma anti-derechos que promueven esas iglesias. A cambio prometen votos. Esto representa un serio problema para la democracia. Veamos.

Las religiones se basan en dogmas que consideran únicos axiomas válidos. Por eso, en la historia de la humanidad, las religiones han sido y siguen siendo fuentes de guerras, de conflictos y de distintas formas de opresión. Recuerden, por ejemplo, la inquisición española, la exterminación de los indígenas, los conflictos israelitas-palestinos, la violencia contemporánea del fundamentalismo musulmán, entre otros.

Para avanzar en la concesión de derechos, las sociedades democráticas han requerido que las religiones moderen su fundamentalismo, para así asegurar la convivencia y la inclusión de diversos grupos de creyentes y no creyentes. Esa lucha no ha sido fácil, y los avances siempre se ven amenazados como ocurre actualmente en la República Dominicana.

Muchos dirigentes religiosos argumentan que su deber es promover valores. ¡Es cierto! Excepto que el lugar para promoverlos son las iglesias, no el Gobierno, ni los partidos políticos, ni los candidatos.

La democracia ha logrado que distintas religiones coexistan en relativa paz. ¡Qué bueno! Las religiones presionan las democracias para que restrinjan derechos. ¡Qué malo!

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La razón es sencilla: el dogmatismo religioso es eminentemente antidemocrático porque no permite la coexistencia pacífica de distintas posiciones; mientras que, en una sociedad democrática, el Estado debe garantizar derechos a toda la sociedad, independientemente de la orientación religiosa de cada persona.

Las iglesias dominicanas, instigadas por las iglesias de otros países desde donde proviene parte de su agenda y financiamiento, han asumido como causa que en la República Dominicana no se aprueben las tres causales del aborto.

Esas tres causales consisten en permitir legalmente la interrupción del embarazo cuando peligra la salud de la madre, en caso de violación o incesto, y cuando el feto tiene una malformación incompatible con la vida.

Aprobar estas causales, que existen en casi todos los países del mundo, no significa obligar a nadie a hacerse un aborto, sino que las mujeres puedan tener la opción legal de hacerlo si se ven ante una de esas tres circunstancias.

Por el contrario, la prohibición total del aborto obliga a toda mujer a continuar con un embarazo no importa la situación, aún si va a morir o si ha sido violada.

Las religiones son instituciones sociales dirigidas fundamentalmente por hombres donde se congregan muchas mujeres. Este es claramente el caso en todas las denominaciones de iglesias que derivan del cristianismo.

Para los dirigentes religiosos y los dirigentes políticos (la mayoría hombres), es fácil hacer transacciones en contra de los derechos de las mujeres a la vida y la salud. Su objetivo es similar: mantener la subordinación de las mujeres para seguir manteniendo el poder e imponer.

El peso de la cultura patriarcal, y la socavada posibilidad de las mujeres para liberarse, facilita que muchas mujeres se acomoden a ser sujetos sumisos de subordinación. De hecho, hasta hace poco tiempo, el único lugar al que las mujeres podían asistir a socializar, fuera del ámbito familiar, eran las iglesias. Los demás espacios públicos eran vedados, a menos que tuvieran que trabajar fuera del hogar.

La democracia ha logrado que distintas religiones coexistan en relativa paz. ¡Qué bueno! Las religiones presionan las democracias para que restrinjan derechos. ¡Qué malo! Los seres humanos necesitan una dimensión espiritual, y ofrecerla debe ser el rol fundamental de las religiones, no la negación de derechos.

Muchos dirigentes religiosos hacen un mal uso de Dios cuando lo presentan como un verdugo insensible a las necesidades humanas. A eso lleva el fundamentalismo.


[1] Publicado por: https://acento.com.do/opinion/el-fundamentalismo-religioso-es-antidemocratico-8829980.html#


Guatemala: cristianos queman vivo a un Guía Espiritual y Médico Maya

junio 11, 2020

8 junio 2020, Itzamná Ollantay.[1]

Chimay es una Aldea maya q’echí empobrecida, conformada por un aproximado de 250 familias (el idioma es q’echí y castellano). La última vez que visité la zona, contabilicé cerca de 6 iglesias evangélicas en dicha Aldea, aparte de la imponente capilla católica. Hay más iglesias que escuelas.

En el video se mira que el asesinato se produce en el centro poblado, en presencia de varias personas corriendo en diferentes direcciones. Se miran equipos de celulares tomando fotos o gravando video del hecho. La víctima, envuelta en llamas, corre varios metros hacia las viviendas, mientras varios hombres intentan impedir cualquier tipo de ayuda. Al final la víctima cae… El video lo publican con el título: “Lo quemaron por brujo”.

Un día después, una colega de Don Domingo Choc, publica una nota narrando que: Don Domingo Choc era un Guía Espiritual, Médico Maya. Integrante de equipos de investigación científica sobre plantas medicinales. Además, detalla que Don Domingo, junto a otros guías y médicos, redactaba un libro sobre medicina ancestral.

¿Por qué quemaron vivo a Don Domingo?

Los asesinos son genéticamente maya q’echis, pero espiritualmente cristianos. Lo matan por “brujo”. Es decir, por practicar su espiritualidad maya, y por promover su conexión con la Madre Tierra en defensa de la Vida.

En toda Abya Yala, y Chimay no es la excepción, los principales culturicidas en los últimos tiempos son y fueron los cristianos pentecostales (evangélicos y católicos). Incluso, el genocidio cometido por militares, en Guatemala, en la década de los 80 del pasado siglo, tenía móvil religioso pentecostal (indios idólatras deben morir para salvar Guatemala para Cristo, era la consigna para el militar evangélico pentecostal E. Ríos Montt)

Si bien, las teologías católicas progresistas incorporaron en su narrativa el concepto de la inculturación, a finales del pasado siglo, e incluso en los últimos tiempos hablan de la interculturalidad religiosa, en las teologías pentecostales (bibliólatras) no existe ninguna posibilidad para el reconocimiento o diálogo con el “Otro” diferente (llámese espiritualidades indígenas).

El monoteísmo y el cristocentrismo llevan al creyente a matar al “Otro” diferente

Para el cristianismo pentecostal, el indígena para ser cristiano debe de matar su espíritualidad indígena y aceptar en plenitud a Cristo como su único Dios verdadero, como el único camino de salvación. ”Las prácticas espirituales indígenas despiertan la ira inclemente del Dios castigador, celoso».

En este sentido, el cristianismo pentecostal, al igual que el cristianismo de la cristiandad, en países multiculturales, está condenado a cometer las peores aberraciones sanguinarias como las que se cometió con el Maestro y Médico Domingo Choc. Su monoteísmo (un solo Dios) y su prepotencia cristológica (Cristo es el único camino para llegar a Dios) se constituyen en su traba y en su contradicción fulminante: predicar a Dios matando al que no profesa su fe.

Al parecer, las aberraciones cristianas encuentran sus raíces en conceptos o teologías aberrantes como el monoteísmo o el cristocentrismo. En este sentido, es imposible ser cristiano e indígena al mismo tiempo, porque el indígena que renuncia a su alma (espiritualidad cósmica) no puede ser indígena, ni puede ser cristiano quien practica simultáneamente otras espiritualidades que no sea únicamente el culto al “único Dios verdadero”. Un Dios que es macho, blanco, único… en un planeta multicolor.

¿Quiénes mataron al Maestro y Médico Domingo Choc?

En sociedades racistas, ante este dantesco suceso difundido en redes sociodigitales, se asume que son indígenas salvajes, primitivos, quienes quemaron vivo a otro indígena. Y esto no es del todo cierto.

Los asesinos, cual inquisidores (justicieros de la verdadera doctrina cristiana) lo hicieron en proclama y defensa de su fe cristiana. En ese sentido, la salvajada lo cometieron los cristianos pentecostales de habla q’echí.

El ser indígena es diferente al ser cristiano. Y desde mi perspectiva, por las dificultades del monoteísmo y cristocentrismo, es imposible ser indígena y cristiano al mismo tiempo.

El pentecostalismo cristiano, por su “salvajismo culturicida” nos tiene que motivar a repensar la permisividad indígena frente a la presencia de dichas iglesias en nuestros territorios. Jurídicamente no estamos obligados a permitir y/o aceptar la presencia de pastores, biblias, iglesias en nuestros territorios.

Nuestro derecho colectivo a la autodeterminación y el derecho al consentimiento nos faculta a decidir si aceptamos o no a las iglesias en nuestros territorios. Porque, al parecer el fatídico caso de nuestro hermano Domingo Choc, es solo un iceberg en un horizonte del colonialismo religioso en el que como países estamos sumidos.


[1] Publicado por:  https://www.telesurtv.net/bloggers/Guatemala-cristianos-queman-vivo-a-un-Guia-Espiritual-y-Medico-Maya-20200608-0001.html